El equipo del viñedo Capdemourlin se compromete a preservar el medio ambiente mejorando la gestión del viñedo y las infraestructuras de la bodega para preservar la naturaleza. El objetivo es preservar un patrimonio de más de 400 años.

El SGA es un planteamiento basado en el cumplimiento de la norma ISO 14001 y la normativa francesa. En concreto, es una herramienta de gestión de la empresa destinada a mejorar continuamente su comportamiento medioambiental. La empresa evalúa el impacto de sus actividades en el medio ambiente, fija objetivos y reduce progresivamente y de forma sostenible sus repercusiones.

Más allá del diseño ecológico, la familia Capdemourlin quería pensar en sostenibilidad y responsabilidad cuando imaginó su nueva bodega. El enfoque bioclimático concebido por el trío formado por el arquitecto, la oficina de proyectos y el director de obra, combinaba la reflexión sobre el edificio (orientación del edificio, tipo de aislamiento elegido, sombreado del edificio mediante un cenador, etc.) y la utilización de equipos técnicos de alto rendimiento para satisfacer las necesidades inherentes a la actividad humana y al proceso de elaboración del vino.

Debido a su ubicación en la cresta de la ladera, visible desde todo el valle septentrional, era importante minimizar el impacto del edificio y garantizar la continuidad visual y paisajística del lugar.

Diseñar una bodega bioclimática exigía tener en cuenta varios parámetros: analizar el terreno, diseñar una buena compacidad, aislar cuidadosamente, integrar y aprovechar al máximo la trayectoria del sol, dimensionar y disponer las aberturas y elegir los materiales adecuados.

Se ha instalado una terraza plantada sobre la bodega de barricas.

Este espacio, estudiado por un arquitecto paisajista, actúa de filtro sobre la fachada norte existente, atenúa el impacto de la primera planta y crea una continuidad visual con el jardín en terrazas del castillo. Por ello, la ampliación prevista está retranqueada con respecto a la fachada original de piedra, que conserva su primacía original.

Además, para que el edificio se inscriba en un planteamiento de desarrollo sostenible, la creación de una zona plantada contribuye alaislamiento térmico de las bodegas de barricas limitando la ganancia de calor, en particular gracias a la inercia de la tierra, que se mantiene húmeda, y a la recuperación de toda el agua de lluvia de los tejados.

Este diseño bioclimático y sus diversas soluciones aplicadas además de la normativa térmica, nos permiten ahorrar alrededor de un 50% de energía en comparación con un edificio de diseño más tradicional.

En los últimos años, la agricultura ha socavado el equilibrio ecológico. La preservación de la biodiversidad se ha convertido así en una de las principales preocupaciones de toda la profesión. Como cualquier actividad agrícola, la viticultura tiene repercusiones en el paisaje, el entorno, la calidad de los cursos de agua y el medio ambiente en general. En muchos sentidos, la viticultura puede contribuir al restablecimiento de estos equilibrios y, en particular, a la preservación de las especies.

La política del Château Balestard La Tonnelle en el ámbito de la biodiversidad consiste en comprometerse mediante acciones cotidianas con el mantenimiento de la fauna y la flora.

Las zonas de césped son un activo importante para fomentar la biodiversidad. Cuando se fomenta y gestiona de forma óptima la flora espontánea, el número de especies vegetales aumenta enormemente, creando así una diversidad de hábitats y microhábitats esenciales para la fauna, y especialmente para los invertebrados.